Nuestros pies de salón

Dicen que noviembre es el mes más triste del año, porque llega el frío y se va la luz. Mucha gente se deprime y no sabe bien la razón. Pero nosotros si, son los ciclos circadianos. ¿Los conocéis? Son ciclos biológicos que se regulan por la luz, y todos, humanos, animales y plantas, estamos gobernados por ellos. Por eso no es nada extraño que muchas personas al llegar esta alturas del año sientan la necesidad de “hacer nido”, de sentirse cómodos en su casa, casi podríamos hablar de contruir su refugio y prepararse para hibernar. En las revistas de decoración leerás muchos consejos para llenar tu casa de calidez, mediante el uso de textiles más gustosos y de una paleta amiga de los colores mostazas y los calderas (que nos encantan). Pero muchas veces se olvida un tema fundamental: la iluminación. Porque no podemos obviar que las horas de luz natural van a ir disminuyendo a medida que pasen los días y por eso es importante contar con luz artificial en nuestros hogares. Y como nosotros, de otra cosa no, pero de iluminación sabemos un rato, hoy queremos hablaros de las lámparas de pie, esas grandes aliadas a la hora de ayudarnos a convertir una estancia sombría en el lugar más acogedor del mundo.

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Lo primero que queremos aclarar, y que a nuestros clientes siempre les recomendamos, es que es necesario contar con una luz general, ya que debemos asegurar que cada espacio tenga aquella luz que es adecuada para su uso. Una vez establecido ésto, es conveniente y muy eficaz decorativamente, colocar puntos de luz indirecta, que creen sensaciones y nos sirvan para establecer un refuerzo lumínico. Además de ayudarnos a dar calidez a algunos rincones, es una solución interesante para ahorrar en nuestra factura de la luz. Si nos sentamos a leer, por ejemplo, bastará la luz de una lámpara de pie y podemos apagar las luces generales. Y es que este tipo de iluminación, que en nuestra tienda encuentras aquí, es de lo más versátil y hoy queremos demostrártelo.

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Quizás lo primero que asociamos al concepto de lámpara de pie es colocarla junto al sofá. De esta manera, podremos dibujar varias zonas en nuestro salón. Este tipo de iluminación puntual resulta muy adecuada para ver la televisión, por ejemplo. Crea un ambiente íntimo y cálido y con ella podemos crear “volumen”. Otra idea es colocar diferentes lámparas de pie en varias esquinas del salón, y enmarcar así la habitación, encendiendo una o varias según la actividad que estemos realizando en ese momento. Otro de sus usos más comunes es crear un rincón de lectura junto a una butaca. No pienses que necesitas mucho espacio. Estas lámparas antes solían tener un pie muy voluminoso, pero en la actualidad existen modelos estrechos y alargados, y en los que se puede orientar el foco de luz, resultando de lo más prácticos. Y como habréis visto en nuestras redes sociales, para salones donde los metros cuadrados escasean, podemos colocar un aplique Swin de brazo orientable sobre el sofá, junto con una pequeña balda y crear un rincón de lo más práctico y bonito.

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Otro sitio donde nos encanta colocar una lámpara de pie es en el dormitorio. Porque normalmente solemos elegir lámparas de sobremesa, pero esta otra opción que os proponemos puedo dar mucho juego. Su luz creará un ambiente acogedor, ideal para una habitación pensada para relajarse y descansar. Además, tenemos piezas muy sofisticadas, que prácticamente parecen esculturas y que son decorativas por si solas, y que pueden convertirse en las grandes protagonistas. Lo genial es que en Liderlamp puedes encontrar lámparas de pie de todos los estilos: clásicas, de diseño, retro, nórdicas, perfectas para integrarse en cualquier estilo decorativo.

TIP: os recomendamos siempre que apostéis por una luz cálida para este tipo de lámparas. Os dejamos con una pequeña selección y para cualquier duda, ya sabéis dónde encontrarnos 😉

 

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