Empezamos el año en el blog con una dosis extra de bonitismo y diseño. Además os traemos un proyecto que resulta de lo más inspirador: recrear el espíritu de un pequeño cottage francés pero sin salir de los EEUU. Más concretamente en un pequeño pueblo a las afueras de Pittsburgh. Su dueña, Leanne Ford, es una diseñadora de interiores que comenzó restaurando una escuela de 1907 para convertirla en su propio hogar. Un edificio histórico que fue reconstruyendo con la ayuda de amigos y familiares, y cuyo proceso podía seguirse en su blog. Después la revista Country Living hizo un reportaje sobre ella y así fue como empezaron a llamarle de diferentes zonas del país para que diseñase otras residencias privadas. Es una firme defensora de un estilo de vida relajado y eso termina por impregnar sus diseños, con espacios elegantes pero muy acogedores. Actualmente tiene un programa de televisión junto a su hermano Steve, llamado Restored by the Fords, en el que restauran edificios antiguos de sus ciudad natal, Pittsburgh, conviertiéndolos en verdaderas mansiones. Así que como ya sabéis que el equipo es adicto a este tipo de programas, como os contamos aquí: Netflix, tráenos a Lenna!
El éxito la llevó a establecerse en Los Ángeles y viajar por todo el país, pero con la llegada de la pandemia tanto ella como su marido decidieron revisar sus prioridades y descubrieron que querían una vida más sencilla y más tranquila, mucho más cerca de la naturaleza y con una mayor calidad de vida ¿A qué nos sonará esto? El caso es que aquí veis el resultado de su decisión: de nuevo un edificio antiguo, una casa de 1900 construida por un conocido arquitecto, Charles Barton Keen, para una familia local. Leanne cuanta que lo que más le atrajo no fue en sí este edificio, sino la cochera y los espacios colindantes, con su espíritu decrépito y destartalado. Decidieron darles una nueva vida y aquí tenéis el espectacular resultado.
Lo primero que se nos viene a la mente al intentar describir la atmósfera que desprenden los diferentes espacios es una mezcla de encanto, shabby chic y country francés. Una casa elegante, pero fresca, y con una mezcla de piezas de lo más interesante. En el salón podemos contemplar una alfombra marroquí junto con mesas de mármol italiano vintage, lámparas modernas, piezas de arte y butacas compradas en un mercadillo. La diseñadora apuesta por “escapar” de las tendencias y decorar buscando que esa casa sea especial para sus dueños, huyendo de las viviendas frías y estereotipadas. Y se nota ¿no creéis?
Otra de los aspectos que nos fascinan de sus proyectos y que también aparece en éste es es la superposición de texturas. Si os fijáis bien, los espacios se construyen a base de “capas” que se mezclan y que juegan con el contraste y la profundidad, para huir de un esquema plano. La interiorista apuesta por enfrentar paredes lisas, junto con otras que muestran papel pintado, otras con una decoración a base de estucados (tendencia esta temporada) o permite que afloren los elementos de la antigua construcción. Lo mismo ocurre con los materiales: cómodas de madera, lámparas de fibras, camas antiguas con su labor de marquetería, apliques de estilo Mid Century junto a piezas de diseño contemporáneo. El lugar perfecto para vivir más conectados a la naturaleza, buscando estar más conectados con nosotros mismos.
Espero que os haya gustado. Nosotros por aquí seguimos soñando (e intentando iluminar vuestros sueños) ¡Sed felices!