Hace unas semanas os contábamos en este post cuales creíamos que iban a ser las tendencias que triunfarían este 2021. Y desde luego, hubo una de ellas que os encantó, lo que denominamos Granny Chic. Y comentando luego en el equipo, nos dimos cuenta que hay una decoradora, que para nosotras es todo un referente, que lleva practicando con verdadero acierto este estilo desde hace años. Era imperdonable que Isabel López-Quesada no tuviese un post dedicado en este blog, así que hoy queremos reparar el agravio y le dedicamos este post.
Sea un interior urbano, o uno campestre, si algo tienen en común es la belleza que esta interiorista madrileña consigue conferir a los espacios que diseña. Una vocación que ella confiesa le viene desde pequeña, desde que acompañaba a su madre a buscar telas para decorar la casa familiar y decidió a los 13 años que de mayor sería decoradora. A los 20 años tenía su estudio montado y desde entonces ha llevado su sello personal a casas, oficinas, hoteles y todo tipo de proyectos por todo el mundo, desde Extremadura o Nueva York. La primera palabra que se nos viene a la mente al intentar definir su estilo es autenticidad: nada parece impostado o forzado, cada pieza parece ocupar el lugar que le corresponde en un todo muy armónico, donde juega un papel importante lo sensorial. Huye de los espacios recargados, y es una maestra manejando el eclecticismo. En sus proyectos podemos encontrar muebles de la más diversa procedencia: sillas de diseño junto a una mesa tocinera de anticuario que conviven en un equilibrio perfecto.
Otra de sus constantes es el juego de texturas: papeles pintados, molduras, espejos rococos, lámparas de mimbre, tejidos orgánicos… Viaja por brocantes de todo el mundo a la caza y captura de la pieza perfecta para cada casa que decora. Pero huye de todo lo que suponga afectación y pretenciosidad. Su máxima es que las casas sean el refugio y punto neurálgico de reunión de sus clientes, y que sean espacios vividos y relajados. La luz también es fundamental a la hora de proyectar un espacio, y afirma que antes de decorar una habitación, le encanta analizar la luz que recibe a lo largo del día, y en función de eso, toma diferentes decisiones.
Si sois tan fan como nosotros de su trabajo, además tenéis la oportunidad de disfrutar “viviendo” en uno de los espacios que ha decorado. Apuntad, en Segovia se encuentra el Caserío de Aldeallana, un hotel boutique decorado por Isabel López-Quesada, y que es un fiel reflejo de todo lo que os hemos comentado sobre su estilo. Decorado con un gusto exquisito, es uno de los primeros destinos de nuestra wish list de futuras escapadas. Tiene que ser un sueño despertarse en una de sus habitaciones.
Inspiración a raudales cada vez que contemplamos uno de sus trabajos ¿Conocíais a esta decoradora? Esperemos que os hay gustado saber un poco más de ella.
¡Sed felices y no olvidéis iluminar vuestros sueños!