No sé si empezar disculpándome o simplemente reconocer que a mí alguien me roba el tiempo , o lo que es peor, admitir que soy muy dispersa y cuando me quiero dar cuenta, han pasado casi dos meses desde que tenía que haber escrito este post. Al lío… hoy vengo a contaros mi experiencia en Milán.
Ya sabéis que me encanta ir a las ferias de decoración, y cuando en Diciembre mi amiga Eli me propuso irnos a la Desing Week de Milán, con vuelo directo ( y horarios inhumanos) desde Zaragoza, no me lo pensé ni un segundo, no había estado nunca y aunque este año no coincidía con Euroluce ( Feria Internacional de Iluminación) decidí ir sí o sí.
Llegamos el miércoles por la noche, y el olor a gluten ya me dio una pista de que aquello me iba a gustar, me sienta fatal, la verdad… pero me encanta y si no veía nada interesante no pasaba nada, al menos me iba a pegar un buen atracón de gluten.
Ya el jueves nos pusimos en marcha y nos dispusimos a visitar El Salone del Mobile; el sector de mueble es el que marca el camino de las tendencias en decoración, cuál será el metal predominante, el material que va a reinar y los colores que van a ser tendencia en el mundo de la decoración, y desde luego Milán, durante la Desing Week es donde se hornean las tendencias. Os diré que visitar aquella feria es un deporte de alto riesgo, más de 200.000 mil metros cuadrados dedicados al diseño, y poco tiempo, así que fuimos a tiro hecho a ver un par de stands y decidimos centrarnos en el Fuori di Salone.
El Fuori di Salone es un conjunto de eventos que tienen lugar durante la Desing Week por toda la ciudad de Milán, y aquí es donde empieza la fiesta. Igual por no haberlo visto ni vivido antes, y que hizo un tiempo estupendo, me quedé totalmente enamorada. Comenzamos por la Galería de Rossana Orlandi, una antigua fábrica de corbatas rehabilitada y dónde además de mil y una maravillas repartidas por toda la galería, estaba la instalación de Marcantonio; una seria se esculturas de animales convertidas en lámparas, esta vez con unos toques barrocos que aportaban las luminarias de cristales.
Seguramente, si os fijáis bien os sonaran de algo y es que son del mismo diseñador de los momos y ratones de Seletti que tenemos en la tienda.
El viernes empezamos el día visitando el Palazzo Litta que albergaba varias instalaciones de diferentes áreas.
Lo que me fascinó fue esa experiencias de ver las obras de los diseñadores totalmente integrado en un Palazzo… y os tengo que confesar que me pasé la mayor parte del tiempo mirando al techo, más que a los productos expuestos.
Aún así reconozco que el espacio dedicado a la colección cápsula de Flos con Sarfatti, me dejó sin palabras.
No penséis que solo había exposiciones en palacios, las tiendas también formaban parte del Fuori di Salone, y ya os podéis imaginar que no las pasamos por alto, Raw ( que por cierto si vais a Milán, es visita obligada) albergaba las exposiciones de las alfombras Beija Flor, lámparas Schwunghome y arreglos florares de Flò.
Como este post va más de dejar constancia de la experiencia, que de contaros tendencias, para que no resulte pesado lo voy a dejar aquí y la próxima semana os contaré la otra mitad, prefiero contaros en detalle todo lo que vi, porque si esta primera parte me encantó, la segunda, fue de estar todo el tiempo con la boca abierta.
Solo os puedo decir que salir, llenarse la retina de cosas nuevas, dejarse sorprender, no perder la capacidad de woohh, hace que vayamos llenando nuestra mochila de experiencias y de recursos maravillosos que quién sabe… si algún día echaremos mano de ellos. Creo que somos un cúmulo de nuestras experiencias, y cuantas más experiencias atesoremos, más resolutivos seremos en nuestro día a día.
Nos vemos pronto en la segunda parte.
