Hace unas semanas una clienta se puso en contacto con nosotras para consultarnos: Había decidido mudarse a un estudio de apenas 35 metros cuadrados y a pesar de la escasez de espacio, no estaba dispuesta a renunciar a tener una casa bonita y con estilo. Desde luego, era todo un reto, pero viendo el resultado final, creemos que la clave está en pensar bien la distribución y buscar soluciones decorativas inteligentes. Es cierto que hay que renunciar a ciertas cosas. Es imposible vivir en un espacio pequeño y convivir con una colección kilométrica de sandalias o toda la enciclopedia Espasa, ya que hay que tener en cuenta que la capacidad de almacenaje en este tipo de vivienda es limitada. Pero poniendo en práctica las siguientes recomendaciones, podréis presumir de vuestra casa pequeña.
Muebles versátiles y que te ofrezcan varias posibilidades: cuando los metros escasean, hay que recurrir al ingenio. Lo primero es pensar qué funciones necesitas tener cubiertas en ese espacio, y qué importancia le das a cada una de ellas. Quizás te encante cocinar y busques que la cocina sea un lugar importante, o bien te encante recibir amigos en casa y debas asegurarte de que todo el mundo tiene sitio. En función a esto, establece cuáles son los muebles imprescindibles, y busca que puedan servirte para varias cosas. Por ejemplo, una mesa de centro que pueda elevarse y funcionar como mesa de comedor. O bien, una mesa de comedor que además, colocada junto a la pared, puedas usarla como escritorio. Bancos que te permitan sentar a tus invitados y que al tiempo, te sirvan para guardar algunos de tus enseres. Taburetes como mesillas de noche y que se conviertan en asiento extra. El truco es buscar muebles que te faciliten varias funciones.
Deja paso a la luz: éste es un factor fundamental, ya que la luz conseguirá que cualquier espacio parezca más grande. Por eso, los muebles voluminosos, más pesados visualmente, han de colocarse junto a la pared. Además, será de gran ayuda unificar espacios, suprimiendo alguna pared o sustituyéndola por una cristalera de perfil metálico, por ejemplo. De esta manera la luz natural llega a todos los rincones y al mismo tiempo, conseguimos zonificar los diferentes espacios.
Espacios homogéneos: otra de las claves al decorar un espacio pequeño es ampliarlo visualmente, utilizando una paleta cromática homogénea, para conseguir esa sensación de espacio continúo. El color blanco suele ser el más utilizado, ya que consigue engañar a nuestro ojo, haciendo que las paredes y los techos se alejen por un efecto óptico.
Ingenio para almacenar: un espacio pequeño exige pensar de manera diferente. Obviamente, es imposible guardar cual Diógenes cientos de objetos. Así que hay que pensar en reducir su número y quedarnos con lo esencial. Pero lejos de ser una desventaja, puede ser una buena oportunidad de rodearnos de aquellos que realmente nos gustan. Y luego toca pensar en soluciones de almacenaje creativas. Una de ellas: pensar en vertical. Tanto para aprovechar la altura y colocar un altillo, como para disponer pequeñas baldas que nos ayuden a organizar los enseres que necesitamos.
Hasta aquí algunos de nuestros consejos. Os dejamos con una selección de fichajes que podéis encontrar en Liderlamp para decorar y sacar el máximo partido a los espacios pequeños.